14.12.12

F E  L I Z 

16.11.12

Volví a escribir, volví a escribir, volví a escribir
vomité esas palabras guardadas, aplastadas, enredadas entre sí
pero salieron tan claras, diáfanas, tanto que podía ver tu cara.
Volví a escribir y lo repito, porque me alegra leerlo
y de alguna manera entendérlo, y volver a alegrarme.
 Sos vos, soy yo, sos vos.

25.9.12

Necesitaba esta charla con mi abuelo, gracias viejo.


16.9.12

Paso noches hablando de vos, este es mi insólito monólogo de hoy.
Me cuelgo y me empiezo a preguntarsi tu Quilmes jugará en el más allá. 
Lo enciendo frente al río de La Plata sin dudar
(con más ganas de creer que de pensar)
porque tus sueños como el viento vuelven desde tu ciudad 

para darle a lo que siento algún lugar, en tu eternidad. 
Las estrellas se apagaron en el Sur:  subiste y sólo brilla tu luz.
Tan hermosa, como Janis  y su blues,.
Hoy no te tengo y solo, cargo con mi cruz. 
Estas historias  nunca tienen fin
y más si en este tema  hablo de mí. 
Los recuerdos calientan mi interior
y más si en este tema hablo de vos. 
Mil canciones  y una más voy a escribir. 
Y en mil silencios, sólo un nombre  voy a oír. 
Un "capitán!" en la estación  para subir:  A tu espacio en algún tren me voy a ir. 

(y en mis silencios, solo tu nombre voy  a oír)

Trato de analizar lo que me esta pasando 
hay una sola cosa que siento que es verdad 
y no me puedo acostumbrar, el tiempo me trata de curar .
Pero sigo cantando por eso vivo, por ella y por todos los que se me han ido.
A veces me trato de escapar, hacia alguna otra realidad .
Aguanto día a día lo que me toca, acuesto a mi alma en un rincón,
descubro que la vida es otra cosa , sin ella mi alegría se escapo.
Volverla a ver es mucho mas de lo que pido,  
sus fotos ahora me miran y me ven vacío .
Quisiera volverla a abrazar, decirle que no me puedo conformar .
Pero seguramente me esta mirando, como yo la miraba cuando crecía .
Canciones le voy a escribir, aliviarán un poco mi vivir ..
Aguanto día a día lo que me toca, acuesto a mi alma en un rincón 
Descubro que la vida es otra cosa , sin ella mi alegría se escapo.
Aguanto día a día lo que me toca, acuesto a mi alma en un rincón, 
descubro que la vida es otra cosa , sin ella mi alegría se escapo.
Tengo tantas cosas para contarte, que no se por donde voy a empezar .


(te extraño vieja!)

15.9.12

Poder jugar en otro juego es lo que imagino,
donde la gente de mierda este muerta y los buenos vivos.
Quiero que sea este el lugar pero convertido,
que decir aborto suene a legal y que no sea un pecado mortal.
 Que no se quede mi pueblo dormido,
 que ya no me engañen más ni jueguen conmigo!
 Gardel va a cantar con los Beatles en la plaza del barrio,
Bob Marley va a rugir en Cemento con los Rolling Stones.
 Al fin va a decir la verdad el que escribe los diarios,
al fin van a dejar de rezarle a la televisión!

 Ahí no voy a escuchar mentiras ni verdades cambiadas
y no habrá tantos hombres pagando ni putas tan caras. 
 Por fin el gobierno va a ser de una mujer
y no habrá juicio por fumar sin joder
y va a haber jueces cumpliendo la ley.
 Todos nuestros hijos van a poder comer
 y en nuestras almas va a dejar de llover.

 El éxito será eterno, será eterna la flor, el ser humano y la verdad.
Siempre vas a ser lo mejor
y nunca te voy a alcanzar!

14.9.12



The summer sun that blows my mind, it's falling on all that I've ever known.

13.9.12



Ella fue por esa vez 
mi héroe vivo 
bah, fue mi único héroe en este lío 



(gracias)

11.9.12

De vez en cuando la vida te juega mal, y estás colgando de una soga, tu chica dice que no te aguanta más, y en tu cabeza pasan cosas. 
Cuando estés triste, ponete a pensar que todo esto va a pasar. Si hoy el día nublado te amaneció, mañana el sol podrá brillar. 
Y este es un juego que sólo hay que jugar, te puede ir bien te puede ir mal y lo más grande que te podes llevar es la amistad. 
Algunas cosas hoy me salieron al revés, y nadie me pudo ayudar, me boxeo con la vida otra vez, ella me trata de noquear.
D
e nada sirve que vos te reventes, cuando algo no te salga bien, tomate un tiempo y pensá con claridad, porque la solución en vos está. 
Este es un juego que sólo hay que jugar, te puede ir bien te puede ir mal y lo más grande que te podés llevar es la amistad. 
Estás cantando frente a tanta gente hoy y me doy cuenta que estoy vivo dentro de una canción, cuando consigas estar a solas con vos, vas a ser el rey de un nuevo reino que recién se levantó.

3.9.12

B.A WOMAN!
No sabes como te agradezco que estés en mi vida, y seas como sos conmigo, no se porque no suelo expresarlo (ni porque lo escribo acá) pero te quiero muchísimo. Necesitaba escribirlo en algún lugar. Y gracias.

22.8.12

EL HUECO QUE EN MI PECHO SE ABRIÓ
SERÁ EL CESTO PARA TU BASURA.

10.8.12

La fuga era una sucia manera
de aceptar lo inaceptable
de infringir demasiado tarde
la única vida imaginable
la pálida aquiescencia cotidiana
a la salida del sol
o a las noticias de la radio..
"Él se imaginaba cosas,
 y fue temerosamente feliz".

"Hago lo que puedo para olvidarme
mejor que se vaya borrando de nuevo
 hasta otro sueño
aunque no hay nada que hacerle
cada tanto es así
 cada tanto, vuelve como ahora."
(no quiero soñarte más)

30.7.12


Buen día mi vida ,
mientras pienso como llegue acá.
Una noche me abrazaste,
te bese y no dormimos ni sufrimos mas.
Habrá sido nuestro premio por no salir corriendo,
o el castigo por no saber escapar.
Te sigo buscando como enferma al remedio,
como comienzo al final.
La suerte de encontrarte alguna vez
 y sentir que para casi todo hay solución.
Verte y festejar también,
que aun me queda pureza
sin tristezas en mi corazón.

26.7.12

Loco, esto es lo que soy, así soy, estoy loca de remate, no se hablar sin decir malas palabras, no se pensar sin doble sentido, no se abrir la boca sin antes sonreir, no se caminar sin antes fijarme si hay alguien al lado mio, siento que no siento, y siento tanto que ya no siento nada, soy así, y me quiero así y me valoro, si vos podes ver lo mismo que yo veo cuando me miro, queréme, como yo me quiero, si no lo podes ver, no me quieras, yo voy a seguir siendo esto, con locura y orgullo.

25.7.12

"No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños".

16.7.12




I'm going back to 505, if its a 7 hour flight or a 45 minute drive, in my imagination you're waiting lying on your side, with your hands between your thighs.
Stop and wait a sec, oh when you look at me like that my darling: what did you expect?
I probably still adore you with you hand around my neck, or I did last time I checked..
Not shy of a spark, a knife twists at the thought that I should fall short of the mark, frightened by the bite though its no harsher than the bark. Middle of adventure, such a perfect place to start.
I'm going back to 505, if its a 7 hour flight or a 45 minute drive, in my imagination you're waiting lying on your side, with your hands between your thighs.
But I crumble completely when you cry, it seems like once again you've had to greet me with goodbye. I'm always just about to go and spoil a suprise, take my hands off of your eyes too soon.
I'm going back to 505, if its a 7 hour flight or a 45 minute drive, in my imagination you're waiting lying on your side, with your hands between your thighs and a smile..

14.7.12

Y él termino siendo un niño, ese niño caprichoso, egoísta y astuto. Es que cuando sos un niño, tu mundo gira alrededor de esa paleta dulce, brillosa, acaramelada, roja y apasionada, con forma de corazón, radiante y especial, aunque las demáses fueran del mismo kiosko, la tuya es especial, mejor que las otras. Y es tuya, a uñas y dientes la defenderías, nadie sería capaz de atreverse a darle una lamida, a robarte esa pizca de felicidad, por más mínima que fuera. Solo un campeón es digno de probar de ese dulce tan tentador, y solo un campeón es digno de terminarlo, pobres aquellos que la miraran, porque no importa cuanto la miraran y la desearan, siempre sería tuya, o hasta que se acabe, pero eso no contemplaría nunca tus posibilidades (porque?), porque eres un niño. Intentas conservarla, no querés que se termina nunca, la guardas en la heladera y te vas a dormir, solo con el fin de al otro día despertarte, y que esté ahí, tan brillosa como antes, quizás algo encogida, pero siempre especial. Los días pasan, y se convierten en años, (los años se llevan el brillo). Como todo niño, no podes evitar pasar por el kiosko, ver otras paletas, desviar una mirada pícara, pero no te importa, porque sabes que ella está en casa, esperándote, tan hermosa como siempre. Y un día común, llegas a casa, con esa sonrisa conocida, esperable, pero anciosa y te sorprendes, no entendes por qué, pero te sorprendes, porque no puede ser, no puede ser que la hayan cambiado, quién se atrevería? La miras y la miras y la desprecias, te negas a tomarla como si fuera tuya, y de tanto mirarla, te das cuenta que la querés, porque nunca dejó de ser tu paleta, pero ya no es igual, la probas porque tu cuerpo y tu mente la desean, es algo que te nace de adentro, es hasta natural, la probas con miedo, y algo de pudor, y sentís un sabor agridulce. Volves a mirarla, y ya no es tan brillosa como creías, el caramelo se volvió algo pegajoso y molesto en tu boca, es casi negra y sin vida, sin pasión, sin color. Sin entender bien porque, salís, caminas, y a donde llegas? al kiosko, "me da otra paleta señor?".
Para los niños que viven adentro nuestro
y a veces toman la mayoría de nuestras decisiones
nada ni nadie es especial, es una ilusión, un truco de magia
y lo ves solo por el hecho de quererlo tanto..
un día, cuando no lo querés más, miras hacía un lado
y nunca miras hacía atrás, nunca más.

13.7.12


Y al final, entiende, que solo te ama

 quien te odia con todo su ser, y aún sigue amándote, en la oscuridad.
Tal vez se detuvo ahí porque el sol ya estaba alto y el mecánico placer de manejar el auto en las primeras horas de la mañana cedía paso a la modorra, a la sed. Para Diana ese pueblo de nombre anodino era otra pequeña marca en el mapa de la provincia, lejos de la ciudad en la que dormiría esa noche, y la plaza que las copas de los plátanos protegían del calor de la carretera se daba como un paréntesis en el que entró con un suspiro de alivio, frenando al lado del café donde las mesas desbordaban bajo los árboles.

El camarero le trajo un anisado con hielo y le preguntó si más tarde querría almorzar, sin apuro porque servían hasta las dos. Diana dijo que daría una vuelta por el pueblo y que volvería. "No hay mucho que ver", le informó el camarero. Le hubiera gustado contestarle que tampoco ella tenía muchas ganas de mirar, pero en cambio pidió aceitunas negras y bebió casi bruscamente del alto vaso donde se irisaba el anisado. Sentía en la piel una frescura de sombra, algunos parroquianos jugaban a las cartas, dos chicos con un perro, una vieja en el puesto de periódicos, todo como fuera del tiempo, estirándose en la calina del verano. Como fuera del tiempo, lo había pensado mirando la mano de uno de los jugadores que mantenía largamente la carta en el aire antes de dejarla caer en la mesa con un latigazo de triunfo. Eso que ella ya no se sentía con ánimo de hacer, prolongar cualquier cosa bella, sentirse vivir de veras en esa dilación deliciosa que alguna vez la había sostenido en el temblor del tiempo. "Curioso que vivir pueda volverse una pura aceptación", pensó mirando al perro que jadeaba en el suelo, "incluso esta aceptación de no aceptar nada, de irme casi antes de llegar, de matar todo lo que todavía no es capaz de matarme". Dejaba el cigarrillo entre los labios, sabiendo que terminaría por quemárselos y que tendría que arrancarlo y aplastarlo como lo había hecho con esos años en que había perdido todas las razones para llenar el presente con algo más que cigarrillos, la chequera cómoda y el auto servicial. "Perdido", repitió, "tan bonito tema de Duke Ellington y ni siquiera me lo acuerdo, dos veces perdido, muchacha, y también perdida la muchacha, a los cuarenta ya es solamente una manera de llorar dentro de una palabra".

Sentirse de golpe tan idiota exigía pagar y darse una vuelta por el pueblo, ir al encuentro de cosas que ya no vendrían solas al deseo y a la imaginación. Ver las cosas como quien es visto por ellas, allí esa tienda de antigüedades sin interés, ahora la fachada vetusta del museo de bellas artes. Anunciaban una exposición individual, ninguna idea del pintor de nombre poco pronunciable. Diana compró un billete y entró en la primera sala de una módica casa de piezas corridas, penosamente transformada por ediles de provincia. Le habían dado un folleto que contenía vagas referencias a una carrera artística sobre todo regional, fragmentos de críticas, los elogios típicos; lo abandonó sobre una consola y miró los cuadros, en el primer momento pensó que eran fotografías y le llamó la atención el tamaño, poco frecuente ver ampliaciones tan grandes en color. Se interesó de veras cuando reconodó la materia, la perfección maniática del detalle; de golpe fue a la inversa, una impresión de estar viendo cuadros basados en fotografías, algo que iba y venía entre los dos, y aunque las salas estaban bien iluminadas la indecisión duraba frente a esas telas que acaso eran pinturas de fotografías o resultados de una obsesión realista que llevaba al pintor hasta un límite peligroso o ambiguo.

En la primera sala había cuatro o cinco pinturas que volvían sobre el tema de una mesa desnuda o con un mínimo de objetos, violentamente iluminada por una luz solar rasante. En algunas telas se sumaba una silla, en otras la mesa no tenía otra compañía que su sombra alargada en el piso azotado por la luz lateral. Cuando entró en la segunda sala vio algo nuevo, una figura humana en una pintura que unía un interior con una amplia salida hacia jardines poco precisos; la figura, de espaldas, se había alejado ya de la casa donde la mesa inevitable se repetía en primer plano, equidistante entre eI personaje pintado y Diana. No costaba mucho comprender o imaginar que la casa era siempre la misma, ahora se agregaba la larga galería verdosa de otro cuadro donde la silueta de espaldas miraba hacia una puerta-ventana distante. Curiosamente la silueta del personaje era menos intensa que las mesas vacías, tenía algo de visitante ocasional que se paseara sin demasiada razón por una vasta casa abandonada. Y luego había el silencio, no sólo porque Diana parecía ser la sola presencia en el pequeño museo, sino porque de las pinturas emanaba una soledad que la oscura silueta masculina no hacía más que ahondar. "Hay algo en la luz", pensó Diana, "esa luz que entra como una materia sólida y aplasta las cosas". Pero también el color estaba lleno de silencio, los fondos profundamente negros, la brutalidad de los contrastes que daba a las sombras una calidad de paños fúnebres, de lentas colgaduras de catafalco.

Al entrar en la segunda sala descubrió sorprendida que además de otra serie de cuadros con mesas desnudas y el personaje de espaldas, había algunas telas con temas diferentes, un teléfono solitario, un par de figuras. Las miraba, por supuesto, pero un poco como si no las viera, la secuencia de la casa con las mesas solitarias tenía tanta fuerza que el resto de las pinturas se convertía en un aderezo suplementario, casi como si fueran cuadros de adorno colgando en las paredes de la casa pintada y no en el museo. Le hizo gracia descubrirse tan hipnotizable, sentir el placer un poco amodorrado de ceder a la imaginación, a los fáciles demonios del calor de mediodía. Volvió a la primera sala porque no estaba segura de acordarse bien de una de las pinturas due había visto, descubrió que en la mesa que creía desnuda había un jarro con pinceles. En cambio, la mesa vacía estaba en el cuadro colgado en la pared opuesta, y Diana se quedó un momento buscando conocer mejor el fondo de la tela, la puerta abierta tras de la cual se adivinaba otra estancia, parte de una chimenea o de una segunda puerta. Cada vez se le hacía más evidente que todas las habitaciones correspondían a una misma casa, como la hipertrofia de un autorretrato en el que el artista hubiera tenido la elegancia de abstraerse, a menos que estuviera representado en la silueta negra (con una larga capa en uno de los cuadros), dando obstinadamente la espalda al otro visitante, a la intrusa que había pagado para entrar a su vez en la casa y pasearse por las piezas desnudas.

Volvió a la segunda sala y fue hacia la puerta entornada que comunicaba con la siguiente. Una voz amable y un poco cohibida la hizo volverse; un guardián uniformado -con ese calor, el pobre-, venía a decirle que el museo cerraba a mediodía pero que volvería a abrirse las tres y media.

¿Queda mucho por ver? -preguntó Diana, que bruscamente sentía el cansancio de los museos, la náusea de los ojos que han comido demasiadas imágenes.

-No, la última sala, señorita. Hay un solo cuadro ahí, dicen que el artista quiso que estuvira solo. ¿Quiere verlo antes de irse? Yo puedo esperar un momento.

Era idiota no aceptar, Diana lo sabía cuando dijo que no y los dos cambiaron una broma sobre los almuerzos que se enfrían si no se llega a tiempo. "No tendrá que pagar otro billete si vuelve", dijo el guardián, "ahora ya la conozco". En la calle, enceguecida por la luz cenital, se preguntó qué diablos le pasaba, era absurdo haberse interesado hasta ese punto por el hiperrealismo o lo que fuera de ese pintor ignoto, y de golpe dejar caer el último cuadro que acaso era el mejor. Pero no, el artista había querido aislarlo de los otros y eso indicaba acaso que era muy diferente, otra manera u otro tiempo de trabajo, para qué romper así una secuencia que duraba en ella como un todo, incluyéndola en un ámbito sin resquicios. Mejor no haber entrado en la última sala, no haber cedido a la obsesión del turista concienzudo, a la triste manía de querer abarcar los museos hasta el final.

Vio a la distancia el café de la plaza y pensó que era la hora de comer; no tenía apetito pero siempre había sido así cuando viajaba con Orlando, para Orlando el mediodía era el instante crucial, la ceremonia del almuerzo sacralizando de alguna manera el tránsito de la mañana a la tarde, y desde luego Orlando se hubiera negado a seguir andando por el pueblo cuando el café estaba ahí a dos pasos. Pero Diana no tenía hambre y pensar en Orlando le dolía cada vez menos; echar a andar alejándose del café no era desobedecer o traicionar rituales. Podía seguir acordándose sin sumisión de tantas cosas, abandonarse al azar de la marcha y a una vaga evocación de algún otro verano con Orlando en las montañas, de una playa que acaso volvía para exorcizar la brasa del sol en la espalda y la nuca, Orlando en esa playa batida por el viento y la sal mientras Diana se iba perdiendo en las callejas sin nombres y sin gentes, al ras de los muros de piedra gris, mirando distraídamente algún raro portal abierto, una sospecha de patios interiores, de brocales con agua fresca, glicinas, gatos adormecidos en las lajas. Una vez más el sentimiento de no recorrer un pueblo sino de ser recorrida por él, los adoquines de la calzada resbalando hacia atrás como en una cinta móvil, ese estar ahí mientras las cosas fluyen y se pierden a la espalda, una vida o un pueblo anónimo. Ahora venía una pequeña plaza con dos bancos raquíticos, otra calleja abriéndose hacia los campos linderos, jardines con empalizadas no demasiado convencidas, la soledad totalmente mediodía, su crueldad de matador de sombras, de paralizador del tiempo. El jardín un poco abandonado no tenía árboles, dejaba que los ojos corrieran libremente hasta la ancha puerta abierta de la vieja casa. Sin creerlo y a la vez sin negarlo Diana entrevió en la penumbra una galería idéntica a la de uno de los cuadros del museo, se sintió como abordando el cuadro desde el otro lado, fuera de la casa en vez de estar incluida como espectadora en sus estancias. Si algo había de extraño en ese momento era la falta de extrañeza en un reconocimiento que la llevaba a entrar sin vacilaciones en el jardín y acercarse a la puerta de la casa, por qué no al fin y al cabo si había pagado su billete, si no había nadie que se opusiera a su presencia en el jardín, su paso por la doble puerta abierta, recorrer la galería abriéndose a la primera sala vacía donde la ventana dejaba entrar la cólera amarilla de la luz aplastándose en el muro lateral, recortando una mesa vacía y una única silla.

Ni temor ni sorpresa. Incluso el fácil recurso de apelar a la casualidad había resbalado por Diana sin encontrar asidero, para qué envilecerse con hipótesis y explicaciones cuando ya otra puerta se abría y en una habitación de altas chimeneas la mesa inevitable se desdoblaba en una larga sombra minuciosa. Diana miró sin interés el pequeño mantel blanco y los tres vasos, las repeticiones se volvían monótonas, al embate de la luz tajeando la penumbra. Lo único diferente era la puerta del fondo, que estuviera cerrada en vez de entornada introducía algo inesperado en un recorrido que se cumplía tan dócilmente. Deteniéndose apenas, se dijo que la puerta estaba cerrada simplemente porque ella no había entrado en la última sala del museo, y que mirar detrás de esa puerta sería como volver allá para completar la visita. Todo demasiado geométrico al fin y al cabo, todo impensable y a la vez como previsto, tener miedo o asombrarse parecía tan incongruente como ponerse a silbar o preguntar a gritos si había alguien en la casa.

Ni siquiera una excepción en la única diferencia, la puerta cedió a su mano y fue otra vez lo de antes, el chorro de luz amarilla estrellándose en una pared, la mesa que parecía más desnuda que las otras, su proyección alargada y grotesca como si alguien le hubiera arrancado violentamente una carpeta negra para tirarla al suelo, y por qué no verla de otra manera, como un rígido cuerpo a cuatro patas que acabara de ser despojado de sus ropas ahí caídas en una mancha negruzca. Bastaba mirar las paredes y la ventana para encontrar el mismo teatro vacío, esta vez ni siquiera otra puerta que prolongara la casa hacia nuevas estancias. Aunque había visto la silla junto a la mesa, no la había incluido en su primer reconocimiento pero ahora la sumaba a lo ya sabido, tantas mesas con o sin sillas en tantas habitaciones semejantes. Vagamente decepcionada se acercó a la mesa y se sentó, se puso a fumar un cigarrillo, a jugar con el humo que trepaba en el chorro de luz horizontal, dibujándose a sí mismo como si quisiera oponerse a esa voluntad de vacío de todas las piezas, de todos los cuadros, del mismo modo que la breve risa en algún lugar a espaldas de Diana cortó por un instante el silencio aunque acaso sólo fuera un breve llamado de pájaro allí fuera, un juego de maderas resecas, inútil, por supuesto, volver a mirar en la habitación precedente donde los tres vasos sobre la mesa lanzaban sus débiles sombras contra la pared, inútil apurar el paso, huir sin pánico pero sin mirar atrás.

En la calleja un chico le preguntó la hora y Diana pensó que debería apresurarse si quería almorzar, pero el camarero estaba como esperándola bajo los plátanos y le hizo un gesto de bienvenida señalándole el lugar más fresco. Comer no tenía sentido pero en el mundo de Diana casí siempre se había comido así, ya porque Orlando decía que era hora de hacerlo o porque no quedaba más remedio entre dos ocupaciones. Pidió un plato y vino blanco, esperó demasiado para un lugar tan vacío; ya antes de tomar el café y pagar sabía que iba a volver al museo, que lo peor en ella la obligaba a revisar eso que hubiera sido preferible asumir sin análisis, casi sin curiosidad, y que si no lo hacía iba a lamentarlo al final de la etapa cuando todo se volviera usual como siempre, los museos y los hoteles y el recuento del pasado. Y aunque en el fondo nada quedara en claro, su inteligencia se tendería en ella como una perra satisfecha apenas verificara la total simetría de las cosas, que el cuadro colgado en la última sala del museo representaba obedientemente la última habitación de la casa; incluso el resto podría entrar también en el orden si hablaba con el guardián para llenar los huecos, al fin y al cabo había tantos artistas que copiaban exactamente sus modelos, tantas mesas de este mundo habían acabado en el Louvre o en el Metropolitan duplicando realidades vueltas polvo y olvido.

Cruzó sin apuro las dos primeras salas (había una pareja en la segunda, hablándose en voz baja aunque hasta ese momento fueran los únicos visitantes de la tarde). Diana se detuvo ante dos o tres de los cuadros, y por primera vez el ángulo de la luz entró también en ella como una imposibilidad que no había querido reconocer en la casa vacía. Vio que la pareja retrocedía hacia la salida, y esperó a quedarse sola antes de ir hacia la puerta de la última sala. El cuadro estaba en la pared de la izquierda, había que avanzar hasta el centro para ver bien la representación de la mesa y de la silla donde se sentaba una mujer. Al igual que el personaje de espaldas en algunos de los otros cuadros, la mujer vestía de negro pero tenía la cara vuelta de tres cuartos, y el pelo castaño le caía hasta los hombros del lado invisible del perfil. No había nada que la distinguiera demasiado de lo anterior, se integraba a la pintura como el hombre que se paseaba en otras telas, era parte de una secuencia, una figura más dentro de la misma voluntad estética. Y a la vez había algo allí que acaso explicaba que el cuadro estuviera solo en la última sala, de las semejanzas aparentes surgía ahora otro sentimiento, una progresiva convicción de que esa mujer no sólo se diferenciaba del otro personaje por el sexo sino por su actitud, el brazo izquierdo colgando a lo largo del cuerpo, la leve inclinación del torso que descargaba su peso sobre el codo invisible apoyado en la mesa, estaban diciéndole otra cosa a Diana, le estaban mostrando un abandono que iba más allá del ensimismamiento o la modorra. Esa mujer estaba muerta, su pelo y su brazo colgando, su inmovilidad inexplicablemente más intensa que la fijación de las cosas y los seres en los otros cuadros: la muerte ahí como una culminación del silencio, de la soledad de la casa y sus personajes, de cada una de las mesas y las sombras y las galerías.

Sin saber cómo se vio otra vez en la calle, en la plaza, subió al auto y salió a la carretera hirviente. Había acelerado a fondo pero poco a poco fue bajando la velocidad y sólo empezó a pensar cuando el cigarrillo le quemó los labios, era absurdo pensar cuando había tantas casetes con la música que Orlando había amado y olvidado y que ella solía escuchar de a ratos, aceptando atormentarse con la invasión de recuerdos preferibles a la soledad, a la vaga imagen del asiento vacío a su lado. La ciudad estaba a una hora de distancia, como todo parecía estar a horas o a siglos de distancia, el olvido por ejemplo o el gran baño caliente que se daría en el hotel, los whiskys en el bar, el diario de la tarde. Todo simétrico como siempre para ella, una nueva etapa dándose como réplica de la anterior, el hotel que completaría un número par de hoteles o abriría el impar que la etapa siguiente colmaría; como las camas, los surtidores de nafta, las catedrales o las semanas. Y lo mismo hubiera debido ocurrir en el museo donde la repetición se había dado maniáticamente, cosa por cosa, mesa por mesa, hasta la rúptura final insoportable, la excepción que había hecho estallar en un segundo ese perfecto acuerdo de algo que ya no entraba en nada, ni en la razón ni en la locura. Porque lo peor era buscar algo razonable en eso que desde el principio había tenido algo de delirio, de repetición idiota, y a la vez sentir como una náusea que sólo su cumplimiento total le hubiera devuelto una conformidad razonable, hubiera puesto esa locura del buen lado de su vida, lo hubiera alineado con las otras simetrías, con las otras etapas. Pero entonces no podía ser, algo había escapado ahí y no se podía seguir adelante y aceptarlo, todo su cuerpo se tendía hacia atrás como resistiendo al avance, si algo quedaba por hacer era dar media vuelta y regresar, convencerse con todas las pruebas de la razón de que eso era idiota, que la casa no existía o que sí, que la casa estaba ahí pero que en el museo sólo había una muestra de dibujos abstractos o de pinturas históricas, algo que ella no se había molestado en ver. La fuga era una sucia manera de aceptar lo inaceptable, de infringir demasiado tarde la única vida imaginable, la pálida aquiescencia cotidiana a la salida del sol o a las noticias de la radio. Vio llegar un refugio vacío a la derecha, viró en redondo y entró de nuevo en la carretera, corriendo a fondo hasta que las primeras granjas en torno al pueblo volvieron a su encuentro. Dejó atrás la plaza, recordaba que tomando a la izquierda llegaría a un término donde podía dejar el auto, siguió a pie por la primera calleja vacía, oyó cantar una cigarra en lo alto de un plátano, el jardín abandonado estaba ahí, la gran puerta seguía abierta.

Para qué demorarse en las dos primeras habitaciones donde la luz rasante no había perdido intensidad, verificar que las mesas seguían ahí, que tal vez ella misma había cerrado la puerta de la tercera estancia al salir. Sabía que bastaba empujarla, entrar sin obstáculos y ver de lleno la mesa y la silla. Sentarse otra vez para fumar un cigarrillo (la ceniza del otro se acumulaba prolijamente en un ángulo de la mesa, la colilla había debido tirarla en la calle), apoyándose de lado para evitar el embate directo de la luz de la ventana. Buscó el encendedor en el bolso, miró la primera voluta del humo que se enroscaba en la luz. Si la leve risa había sido al fin y al cabo un canto de pájaro, afuera no cantaba ningún pájaro ahora. Pero le quedaban muchos cigarrillos por fumar, podía apoyarse en la mesa y dejar que su mirada se perdiera en la oscuridad de la pared del fondo. Podía irse cuando quisiera, por supuesto, y también podía quedarse; acaso sería hermoso ver si la luz del sol iba subiendo por la pared, alargando más y más la sombra de su cuerpo, de la mesa y de la silla, o si seguiría así sin cambiar nada, la luz inmóvil como todo el resto, como ella y como el humo inmóviles.



(¿Y mi Fin de etapa?)

11.7.12

Gritemos, gritemos mucho, aunque sea por un rato, gritemos aunque nos raspe la garganta, gritemos que no sabemos quién somos, pero como por suerte, sabemos lo que no somos.
Es que vos sí lo entendes (lo entendes?) mi rock son las poesías de este amor, esta ruidosa y caprichosa melodía no es más que la expresión de mis dos ventrículos. Hablándote, pidiéndote a gritos que me des un poco más, lo siento mucho pero es que me habré vuelto una adicta a tocarte, a mirarte, a mirarte y no poder tocarte, a tenerte y perderte. Es un arte y es a la vez una ciencia exacta, es culpa de mi hemisferio izquierdo, de mis neuronas, de la sangre que corre por nuestras venas, es un arte definitivamente, es abstracto, y si claro que es abstracto, flota en el aire, desde la Paternal y se va, y se va, y te llegará con esta garua? Hoy o en un mañana un poco mas lejano capaz, claro que sí. Son momentos, no pueden ser negados, están ahí en mi lóbulo frontal, ofendidos, encogidos, no entienden como pudimos ignorarlos tantos días, como podemos hacerlos a un lado de nuestra realidad, debe ser porque la realidad es egoísta a veces, egoísta y posesiva, no te, no me, no nos deja vivir esta utopía, esto que ni siquiera en sueños tuve, porque mi inconsciente lleno de miedos, acostumbrado a perder, no quiso ni arriesgarse a soñar algo que perdería al amanecer, que se desvanecería y se olvidaría con el transcurso de las horas, o no, se recordaría por el resto de los días como está utopía que nunca soñé, y hoy puedo vivir, de vez en cuando.

But if I stay here with you girl, things just couldn't be the same
cause I'm as free as a bird now and this bird you'll never change
and the bird you cannot change, and this bird you cannot change!
Lord knows I can't change, lord help me I can't change, lord I can't change.
Won't you fly high, free bird?
Todo este amor que guardo no es algo casual 
sabes perfectamente somos tal para cual. 
Que tengas mucha suerte y nunca te falte amor. 

10.7.12


Tengo la necesidad de expresar que este fin de semana tuvo todo lo que podría tener, en su justa medida. 
Moy boeno.

4.7.12

Nunca se habían hablado con esa voz, nunca se habían callado así.

3.7.12

No se hablar, sin decir malas palabras
amantes, mentira, infidelidad.
Nunca más, te vendo gato por liebre
por no ser cruel, pierdo honestidad.

Detrás de esos gritos te espero sereno,

 te espero culpable de ser uno más.

Si llegas te espero, si espero me muero. 

Ya es tarde mi vida no puedo callar.
¿Cómo hablar?
Si cada parte de mi mente es tuya
y si no encuentro la palabra exacta
¿Cómo hablar?
¿Cómo decirte?
que me has ganado poquito a poco
tú que llegaste por casualidad.

29.6.12



Now and then I think of when we were together,
like when you said you felt so happy you could die.
Told myself that you were right for me
but felt so lonely in your company.
But that was love and it's an ache I still remember.
You can get addicted to a certain kind of sadness,
like resignation to the end, always the end.
So, when we found that we could not make sense
well, you said that we would still be friends.
But I'll admit that I was glad that it was over.
But you didn't have to cut me off
make out like it never happened and that we were nothing.
And I don't even need your love
but you treat me like a stranger and that feels so rough.
No, you didn't have to stoop so low
have your friends collect your records and then change your number.
I guess that I don't need, that though.
Now you're just somebody that I used to know .
Now and then I think of all the times you screwed me over
but had me believing it was always something that I'd done.
But I don't wanna live that way, reading into every word you say.
You said that you could let it go
and I wouldn't catch you hung up on somebody that you used to know
But you didn't have to cut me off
make out like it never happened and that we were nothing.
And I don't even need your love
but you treat me like a stranger and that feels so rough.
No, you didn't have to stoop so low
have your friends collect your records and then change your number.
I guess that I don't need, that though.
Now you're just somebody that I used to know .

Somebody that I used to know.
I used to know..

28.6.12

Oficialmente no quiero nada tuyo.

27.6.12









Mi vida, mi amor, mi cielo, cosita linda, preciosa, chiquita de mi alma, luani, luanita, lu, bebé, gordita, chanchita, sos absolutamente todo, sos luz, sos paz, sos amor, sos el amor más grande que puede existir, no conocí ni conozco amor mas puro y mas hermoso que el amor que me genera verte, escucharte, tenerte en brazos, sos mi bebita linda, mi ahijada, mi hermanita, a la que voy a proteger toda mi vida, a la que voy a cuidar y amar con toda mi alma, todos los días un poquito más. Hoy cumplís tu primer añito, y solo Dios y yo sabemos cuanto quisiera estar ahí, cuanto me duele estar acá, cuando debería estar allá. Espero que te lleguen mis millones de abrazos, mis millones de besos y caricias y las cantidades de amor que siento por vos. Voy a estar pensándote todo el día, como siempre. Te amo, y no me voy a cansar de decirlo, de decirtelo y de decirselo a todo el mundo, sos luz y sos paz. Te amo mas que a nada en este mundo, a vos, y junto con vos tu hermana y tu madre, son la luz de mi vida. 

26.6.12

Experts sexperts, 
choking smokers, 
don't you think the joker laughs at you? 
THAT MY FAMILY DON'T SEEM SO FAMILIAR
 AND MY ENEMIES ALL KNOW MY NAME
AND IF YOU HEAR ME TAP ON YOUR WINDOW
YOU BETTER GET ON YOUR KNEES AND PRAY
PANIC! IS ON THE WAY.




22.6.12

NOTHING'S GONNA CHANGE MY WORLD

Where did it all go wrong?
I wanna talk tonight, until the morning light 'bout how you saved my life, 'bout how you saved my life..
(El nudo)

Para atrás, para adelante, quién carajo entiende algo acá? En un segundo se multiplica y se hace estallidos, yo entiendo de poesía y pocos sentimientos, no mucho mas. Y vos, entre tus alas me mortificas con tus caricias, y allá me sueltas, allá en lo alto cayendo lento. Es que yo entiendo tu poesía, es hablar sin hablar, es esta poesía que nos une, y nos mortifica. Y el silencio será todo un tiempo para esperar. No me importa, disfruto esos silencios agónicos, son paz, son más de nuestra poesía. Y el silencio será mas. No me, no nos, queda otra que ser, llano y liso final. Somos, y así somos, no hay ni pistas de lo que vamos a hacer, y menos de lo que podríamos, solo sabemos que somos. La riqueza de este viaje es el cambio a esta realidad, porque si me muero es por luchar. Es claro que no me quedo a mirar, que si me muero es por luchar y no por mirar. Vomito mil frases y ni una canción.
Deslizando, deslizándome
ya nunca jamás olvidaremos lo que fuimos.
La risa, la bronca y la partida
buscando, buscándolos...
El cuero a rebentado y se han perdido sus pedazos
borracho ahora sobrio y sin espinas.
Vos igual que ayer, igual siempre vos.
La dulce espera de los perros que se quedan
esperan aullando esa promesa.
Te veo parir, siempre hermosa ahí
pintando las alas para el día en que se escapan.
Si vuelven los que perdí me llamas.
Brilla tan lejos, vuelan los cielos
cruzando los llanos, ya no se si reís
el calendario ha matado esos días,
y toda esa sangre no para de salir.

Déjame respirar corazón, este aire puro por única vez.
Brilla la risa y escupe sangre tu piel.
y se me hace callo la voz, un silencio de ruta y dolor.
La belleza es poder verte transpirar.
La gente se amanece sin más en esta fueria de nunca acabar,
y el derroche solito en la noche va.
Esta vez lo que brillla es tu arte, esta vez tu bandera te atrapa,
la más dulce canción que no entiende razón..
Déjame escapar antes que el sol,
antes que vea el amanecer,
va volando bajito este avión y va...
Esta vez lo que brillla es tu arte, esta vez tu bandera me atrapa,
la más dulce canción que no entiende razón.
Esta vez el silencio se escapa, vagando por caminos inciertos
de la dulce canción que no entiende razón.
Seguí balanceando tu cuerpo y sentite libre sólo por un instante.
Te odié por tantos años...y tenes una sonrisa que ilumina.

18.6.12

Algún refugio habrá para ocultarme de esta feroz tormenta, de preguntas, de respuestas. No se a quien preguntar o si tal vez callar, o viejos sitios visitar o mantenerme quietocerrar los ojos y llegar a ver el manto cubriéndote, te vi, me vi. Y fuimos juntos contemplando el silenciobuscando una y cientos de veces entre el río y el mismísimo mar. Y fueron las lluvias, su agua y sus vientos, viajando, jugueteando, erosionando y hoy somos rocas y mañana arenas, bañados por las aguas de este mismísimo mar, de miedos. No quiero volver atrás, quiero encontrar las fotos y el tiempo. Sobre veces pasadas, recientes, lejanas, en tiempos de furia y de calma. Soy lo que me espera allá, espérame allá. Hoy mi deseo es poder desearte, que estés bien donde quiera que estés, que estés bien.

15.6.12



You know that feeling you get
when you feel you're older than time.
You're ain't exactely sure
if you've been away a while..




No hay palabras para describir tu inmensidad
gracias por crear lo que me traslada
a una fantasía, a mi propia galaxia
fuera de este mundo tan común.
Cos in my soul we know where we're goin
we're goin where the grass is free
the air is clean and the good times are growin'